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Nada podemos esperar sino de nosotros mismos. José Gervasio Artigas


martes, 24 de marzo de 2009

EDUARDO REQUENA, PRESENTE... AHORA Y SIEMPRE!

"Algún día todos los educadores entenderemos que somos laburantes,entonces la unidad será una relidad."
El Gallego

Eduardo Requena ... un maestro

El 26 de julio de 1976, al atardecer, Eduardo "El Gallego" Requena entró al café Miracles (en Córdoba).
Un grupo de civil lo estaba esperando. Se lo llevaron.
El testimonio de otros secuestrados determinó que fue visto en el Centro Clandestino de Detención "La Perla".
Tres meses después unos civiles, que se identificaron como pertenecientes al Tercer Cuerpo, asolaron su casa y sus pertenencias. Soledad, su compañera, fue detenida y luego salió del país.
De Eduardo, el Gallego, nunca más se supo.
Fundador del SEPPAC (Docentes Privados de Córdoba).
Participante en el Congreso Constitutivo de CTERA, fue Miembro de su Junta Ejecutiva.
Nació el 15 de noviembre de 1938 en Villa María (Córdoba). Fue estudiante primario en la Escuela de Los Padres Primitarios, y secundario en el Instituto Bernardino Rivadavia, en el cual luego sería profesor. Su otra gran pasión fue el fútbol, llegando a jugar en la primera división del club River Plate de Villa María. En 1963 se recibió de profesor de historia y geografía desempeñándose en su escuela secundaria y en el Profesorado de Bell Ville, donde comenzó su actuación gremial al ser elegido delegado al SEPPAC (Sindicato de Educadores Privados y Particulares de la provincia de Córdoba).
Su compromiso trascendía lo gremial y se articulaba con una militancia política y social en defensa de los intereses populares. En 1973 participó como delegado y fue un activo protagonista en las reuniones de Huerta Grande (Córdoba) y en el Congreso Unificador de la Docencia Argentina , donde nació la CTERA. Desde el comienzo de su actuación Eduardo había comprendido la necesidad de agrupar a todos los docentes en una central única. Fue Secretario de la Rama de Docentes Privados en las dos primeras Juntas Ejecutivas de la CTERA (1973-1976).
Desde ese lugar trabajó por lograr una Educación al servicio del pueblo, por la unidad de los docentes y por su participación en la lucha con el conjunto de los trabajadores. En Córdoba, Eduardo Requena era uno de los más escuchados en cada asamblea; debido a esa capacidad para destacarse, sus compañeros temían que fuera otro desaparecido. “Como fue distinto, como fue un tipo que hacía doler con la verdad, lo hicieron desaparecer” sostiene su hermano, el primero en conocer su la noticia de su detención.
El 26 de julio de 1976, al atardecer, Eduardo Requena entró al café Miracles (en Córdoba). Un grupo de civil lo estaba esperando. Se lo llevaron.El testimonio de otros secuestrados determinó que fue visto en el Centro Clandestino de Detención "La Perla". Tres meses después unos civiles, que se identificaron como pertenecientes al Tercer Cuerpo, asolaron su casa y sus pertenencias. Soledad, su compañera, fue detenida y luego salió del país.
De Eduardo, el Gallego, nunca más se supo.Su lucha no ha sido en vano: la CTERA no ha dejado de crecer como espacio gremial de la unidad docente y los educadores compartimos las luchas de todos los trabajadores y no abandonamos el sueño de una Educación al servicio del pueblo.
TESTIMONIOS DE ALGUNOS DE SUS ALUMNOS
“Eduardo Requena fue profesor mío de historia en el año 1971, excelente profesor, en sus clases no volaba una mosca, todos estábamos atentos. Siempre recuerdo que fue él quien nos enseñó que Rosas era un seudo federal y nos lo fundamentaba con hechos concretos de la historia argentina. Las "chicas" en la clase estábamos embobadas con Eduardo porque era un "Churro de aquellos”. Este es mi pequeñísimo homenaje a mi querido Profesor de Historia. ““Yo fui alumno de Eduardo en el Rivadavia y su recuerdo aún lo tengo grabado. Era pintón, serio, muy buen futbolista y recuerdo algunas cosas "locas" como que en invierno no se ponía sweters y decía que al frío hay "que tratarlo con indiferencia". Hasta que un día le dio una neumonía. Era un líder nato, creo que todos tratábamos de que nos considerara su amigo, pero él no era de empatías fáciles. Cuando desapareció yo estaba en Canadá y creo que nunca deje de pensar en él, a pesar de que hacía más de una década que no lo veía. Un gran tipo, un idealista, un gran maestro, un formador de hombres. Me hubiera encantado ser su amigo. Un abrazo en el tiempo Eduardo.”