BIENVENIDO AL SITIO DE LA AGRUPACION ROJO Y NEGRO

Nada podemos esperar sino de nosotros mismos. José Gervasio Artigas


sábado, 4 de abril de 2009

...la muerte de un maestro...







Una fusilación argentina

Por Osvaldo Bayer

Ahora, los argentinos asesinamos a maestros. Después de la célebre “desaparición de personas”, llamada la “Muerte Argentina”, nos gusta el detalle y nos especializamos en docentes. Un ejemplo para el mundo. Sí, la verdad que somos originales, no sólo podemos mostrar a la faz de la tierra un ejemplar de nuestro orgullo, como Maradona, sino también esto: reprimir con tiros por la espalda a docentes.

Porque sí, en todo el mundo se reprime a los movimientos del pueblo, sin ninguna duda, pero cuesta encontrar justamente esto de reprimir a docentes. Ya teníamos un campeón en esto, Romero, el de Salta, a quien dedicamos más de una contratapa, con sus antecedentes de meterles agua fría, gases y balazos de goma. Y que pedimos más de una vez a los intelectuales peronistas que iniciaron un movimiento de criticar con dolor esta aberración. Y que pidieran a su partido la expulsión de ese ofensor de las leyes no escritas de la Etica en el trato para los segundos padres de nuestros hijos. No, no lo hicieron y ahora vuelve a repetirlo, otra vez, el gobernador Romero. Es su especialidad. Pensar esto en la tierra de la música y los cantares. Salta. Qué increíble.

Pero hay alguien que ha querido superarlo. Sobisch se llama. Y batió el record. Mató al mejor. Fuentealba. Fuente Alba. Sobisch le ganó al maestro Fuente Alba. Tiro en la nuca y ya está. Puso en primera fila a su mejor representante: el cabo primero José Darío Poblete, con los mejores títulos como antecedentes: torturador conocido que no se privaba de nada, hasta le pegaba a su mujer. La vanguardia del ejército de Sobisch.

Historia de la crueldad argentina.
¿Y por qué no puede hacer eso, Sobisch? ¿Acaso Yrigoyen no reprimió a balazo limpio a los peones rurales patagónicos, a los obreros que pedían las ocho horas de trabajo de la Semana Trágica, y a los hacheros de La Forestal? ¿Y los radicales dijeron algo, acaso? No, de eso no se habla. Alfonsín respondió a la televisión española sobre las huelgas patagónicas: “No me consta”. Ya está. Hay que mirar para adelante. ¿Y qué hicimos los argentinos cuando a uno de nuestros peores criminales sonrientes, el general Bussi, le permitimos presentarse en democracia, sí, en democracia, a elecciones y, peor aún, lo eligió gobernador el pueblo de Tucumán? ¿Quién es más culpable, el pueblo –no todos por supuesto, pero sí la mayoría que lo votó– de Tucumán o Bussi? ¿Y quiénes votaron a Sobisch? ¿Sabiendo cómo piensa desde siempre y conociendo sus lineamientos absolutamente basados en la ley del más fuerte y del más codicioso? ¿Tiene la culpa Sobisch o la mayoría del pueblo neuquino que lo eligió? ¿A pesar de haber escuchado durante décadas en esas latitudes a ese ser inigualable en su grandeza y generosidad: el obispo De Nevares? En todos sus mensajes De Nevares alertó sobre la violencia del poder que siempre, siempre, en la historia fue contestada por la rebeldía de los justos.

Sobisch y Romero siguieron la línea marcada por Rico, Patti, Bussi, Blumberg, y ahora tienen esa realidad. Entonces, la bala como solución. La misma solución que apoyan suavemente por ahora, candidatos que se fotografían sonrientes con pobres niñas de las villas miseria.

Para salvarse, Sobisch redactó esa solicitada lamentable donde se nos aparece con la teoría de los dos demonios: compara a Fuente Alba con los dos policías muertos por malhechores en el Gran Buenos Aires. No, eso es fácil. Sí, es la famosa teoría de los dos demonios con la que los legisladores de la Obediencia Debida y Punto Final quisieron interpretar todo.
Dos demonios.

Nunca más pero mirando hacia delante. El justificativo de Sobisch es demasiado ingenuo para creérselo. Compara, como decimos, al docente Fuente Alba con los dos policías muertos por malhechores. Justamente es todo lo contrario: los dos policías fueron muertos por la violencia producida por el sistema, donde hay desigualdades extremas como en nuestra Argentina, en la que hay miles de adolescentes criados en el hambre y la desocupación (¡qué violencia es ésa, la peor y las más injusta de todas!). Siempre va a haber delincuentes en un sistema de reparto injusto. Hemos tenido siempre, en este sistema, una policía que reprime a los violentos de la pobreza, pero esa policía se prosterna ante los poderosos y acepta sus dádivas por la espalda. Nadie aprueba que un joven salido de la miseria mate a un policía, pero es algo que va a ocurrir siempre en una sociedad y en un mundo que favorece al que ostenta el poder –en todas sus formas– y humilla al humilde.

Dice Sobisch, estableciendo una interpretación sociológica salida de los corrillos de Wall Street: “Me duele la muerte del docente neuquino a manos de un policía. También me duele la muerte de los dos policías, en Caballito y Saavedra el día 9 de abril, a manos de delincuentes”. Claro, así es fácil. A todos nos duele la muerte. ¿Pero qué tiene que ver una cosa con la otra? El la usa como contrapartida. Es decir, compara la víctima de un lado los homicidas del otro. Como diciendo sí, está esto, pero fíjense, está también aquello. Es decir, que tendríamos que cerrar esos casos y decir: sí es cierto, por eso unámonos, miremos hacia adelante y recemos.

No, no es así. Fuente Alba fue a reclamar por algo que tiene que ser la base de todo respeto en nuestra sociedad: la dignidad de los que enseñan a las nuevas generaciones.

La bella gente: los docentes.

Una sociedad que humilla a sus docentes es una sociedad hipócrita, sórdida, usurera. Es la que tiene como ídolos y admira con sonrisa abierta a los verdaderos triunfadores de esta sociedad capitalista, de los que ayer se publicaron sus fortunas: el mexicano Carlos Slim, metido en los negocios telefónicos de la Argentina, declaró una fortuna de 53.100 millones de dólares, apenas un poquito menos que Bill Gates. Y sigue la lista. Cerremos los ojos y pensemos lo que significa esa cantidad de dinero. Mientras tanto, millones de niños tienen hambre, millones de seres humanos no tienen trabajo, se los humilla hasta el hartazgo a nuestros docentes, el mundo se envenena cada vez más con la producción irracional y Bush sigue matando niños en Irak, los fabricantes de armas sonríen ante las ganancias. Sobisch cree que esto es la democracia y procede así. Sobisch, educado en el colegio de los salesianos, el Don Bosco. Este último dato ya como ironía siniestra, o no.

La muerte del maestro por un sicario bestial que se debe haber sentido muy importante cuando recibió la orden de reprimir, supera como símbolo todo lo más deleznable. No puede haber nada más simbólico de lo abyecto. Ojalá inspire a nuestros artistas de formas e imágenes, sólo ellos pueden representar el más inmenso dolor humano. Las palabras no alcanzan.

No, el pueblo de Neuquén no puede permitir seguir siendo gobernado por Sobisch, tiene que decirle definitivamente que se vaya. Jugó, en su propia sed desmesurada de poder; se sintió el que maneja todas las teclas, y perdió para siempre.

Usted, Sobisch, asesinó al mejor maestro. El último proyecto de ese maestro fue llevar la escuela a los albañiles. Mientras los magnates viajan en autos cada vez más pesados que envenenan más y más el ambiente, Fuente Alba quería llevar la escuela a los albañiles. Sueños.

Sueños, sí, pero peligrosos. Mejor meterle un tiro en la nuca.

Una fusilación argentina. En tierras patagónicas. No aprendimos nada. Fusilamos a las peonadas en 1921, los gauchos de la tierra. Ahora, a los docentes. Y así herimos en el alma a nuestros propios niños. Sobisch no puede seguir. Si continuara sería una inmoralidad. El pueblo neuquino no puede vivir en la inmoralidad. Tiene que inundar las calles con la protesta noble. Las palabras y los pasos. Y enlazando con cada uno de sus brazos los brazos de un docente de Neuquén, de Salta, de Santa Cruz.

miércoles, 1 de abril de 2009

DEJAR DE CONFRONTAR ES DEVOLVER DESCUENTOS, DEJAR DE PERSEGUIR,RESPETAR, VALORAR Y NEGOCIAR EN SERIO

El Ministro Adán Bahl nos dice ahora, luego de la demostración de fuerza, dignidad y unidad docente y popular (unidad de Agmer, Amet y ATE, marcha de Agmer con la comunidad educativa de la Escuela Bazán y Bustos y cantidad de acciones de lucha en toda la provincia) de los últimos días que “el gobierno no quiere confrontar” (El Diario de Paraná, 1/4, pag.5) y que espera “un enfoque de más cooperación” de parte de los gremios, porque -según él- “hay predisposición del gobierno” al diálogo.
Y nos pide que “hagamos planteos para mejorar la educación” pero sin pedir por ahora aumento de salarios.
Es preocupante y odioso que un Ministro de Gobierno no quiera reconocer que la primer cuestión para mejorar la educación pública es una mayor inversión estatal y un mayor presupuesto para salarios y para infraestructura y materiales educativas.
No habrá nunca mejor educación pública sin mayor presupuesto para educación. Hacerse el tonto o el hipócrita queriendo hablar de educación sin discutir mayor inversión es dar continuidad a la lógica neoliberal, es insistir en cargarle a los docentes el peso de la crisis, del ajuste y de la exclusión que genera este modelo económico perverso.
Decir “los salarios subieron y la educación ha empeorado” es repetir una chicanita absurda y miserable que se cae por su propio poco peso. Los salarios docentes nunca han recuperado su valor real y su fuerza frente a la caída y al ajuste de tantos años, como así tampoco se van a terminar de actualizar frente a la inflación de precios y las políticas de ajuste actuales.
Digamos al revés: el sueldo de un ministro es muy alto, y la provincia ha empeorado. Bahl debería mirarse al espejo.
Y la educación ha empeorado porque los gobiernos han dejado caer a las escuelas públicas, con un obvio sentido de ajuste y de lógica privatista. Si la educación pública sigue siendo una de las columnas de resistencia contra el neoliberalismo y la exclusión gorila y liberal es gracias al sacrificio y el esfuerzo de los docentes, de la militancia, de las cooperadoras y de todas las comunidades educativas.
Hemos hecho y seguiremos haciendo muchos aportes al mejoramiento de la educación entrerriana. No hay nada más que repasar los archivos de Agmer, los trabajos de sus seccionales y filiales, la enorme tarea de sus vocales en el CGE, las Asambleas Pedagógicas y los Encuentros Latinoamericanos de Educación Popular. Nunca vimos a ministros y funcionarios tomar notas de esos extraordinarios debates y momentos de formación.
Hemos respondido crítica y democráticamente los planteos de la nueva ley de educación provincial y de la “capacitación en servicio”, reafirmando por ejemplo, la necesidad de una soberanía pedagógica y cultural entrerriana, argentina y sudamericana. Hemos dicho y seguiremos diciendo públicamente que hay que descolonizar la educación y la currícula, que debemos desarrollar entre todos una pedagogía de la esperanza, pero el ministro no se ha enterado.
¿Sabrá quién fue Paulo Freire? ¿Sabrá quién fue Artigas? ¿Sabrá quién fue Nina Landreani?
Hemos logrado modificar, el año pasado, el calendario escolar, incluyendo el 19 de Junio como Día del nacimiento del Libertador General Artigas, y el 29 de Junio como Día del Federalismo Americano, en homenaje al Congreso artiguista de Oriente (1815) en Concepción del Uruguay, pero el ministro estaba en otra, estaba pensando en las listas de paro y en las apretadas a los directivos.
Y ahora nos dice que “quiere avanzar en muchas cosas”.
Y desde ya que le decimos al Ministro Bahl y a todos los funcionarios que los convocamos a un debate público sobre la historia, el presente y el futuro de la educación entrerriana cuando quieran.
Si cualquier funcionario viera, por ejemplo, el debate en los talleres y cursos docentes y los debates que hay en la gran cantidad de webs docentes de la provincia -como Actividad SXXI- se daría cuenta de la cantidad de mejoras y transformaciones que venimos pensando y haciendo a nuestras concepciones y prácticas.
La riqueza y el potencial educativo y cultural entrerriano es enorme. Sólo falta cambiar la política para liberarlo.
El Ministro nos habla de “cooperar” mientras él y sus funcionarios persiguen a trabajadores, amenazan con cerrar cursos, dejan en banda a escuelas cuyos gurises -por ejemplo- tienen que ir al baño de un bar (caso María Grande 2da) o no saben si van a seguir en el comedor, y se roban políticamente los descuentos de los docentes.
Política, intelectual y psicológicamente no cierra nada de lo que dice el Ministro Bahl.
Si el ministro no quiere confrontar que lo demuestre, devolviendo ya mismo los descuentos y derogando ya mismo las medidas de persecución.
Si el ministro quiere colaborar y dejar a un lado la anunciocracia y la hipocresía que cambie el discurso y se disponga, como otros gobiernos provinciales, a negociar un aumento salarial y mayor presupuesto y partidas para las escuelas.
Si el gobierno no quiere confrontar, que nacionalice el problema y reclame un fondo federal solidario para educación pública.
Si el gobierno tiene dignidad e inteligencia, que plantee una agenda pública de recuperación de la coparticipación federal.
Si no, que venga a hablar de organización educativa a la escuela-bar de María Grande 2da, o a cualquier otra.
Una cosa nos alegra: que el ministro Bahl haya acusado un recibo y que reconozca públicamente que lo caracterizamos como “gobierno fascista opresor”.
Cambien los gestos y la política. Nosotros sabemos que nuestros compañeros desaparecidos tendrían descuentos con este gobierno y que estarían en las listas negras de paro.
Toda la docencia entrerriana lo sabe y su dignidad generó este pseudo examen de conciencia del ministro.
Si no quieren conflicto y confrontación, devuelvan los descuentos ya, pongan fin a los aprietes y dispóngase de una vez a negociar en serio, a nivel provincial y nacional.
Prof. Mauricio Castaldo
Sec.Gral AGMER María Grande y Congresal
de la entidad
-Estudiante del 3er año de la Licenciatura en Gestión Educativa
de la UNL de Santa Fe-
Publicado por Actividad Siglo XXI